miércoles, 8 de octubre de 2014

Promesas de marinero

No tengo más que dejarte
que promesas de marinero,
no tengo nada más que mirar
que las colillas con tu labial durmiendo en mi cenicero.
Y si estas cosas no bastan
te diré, mujer bendita,
que aunque quererte lo dejo para después,
es en ti en quien pienso cuando escribo,
es tu cuerpo el que calienta mis manos
cuando las entumece el frío.

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